Nexes y el SVE

Nexes entiende el SVE como una gran oportunidad de aprendizaje no formal para jóvenes de todo el mundo.
Para nuestra asociación el SVE es una herramienta para trabajar la interculturalidad, promover la solidaridad y dotar a las asocaciones de medios para su trabajo local e internacional.
Nuestros esfuerzos se encaminan hacia la transformación social, y por lo tanto, como asociación de envío, coordinadora y de acogida que somos, nos concetraremos en aquellos proyectos que compartan nuestros valores.

martes, 6 de abril de 2010

GENERACIÓN PERDIDA

Reflexiones de un voluntario en camino
por Víctor Freire

¿Alguien recuerda la marea blanca que en la década de los 80 sacudió a Vilanova de Arousa? Probablemente muchas personas sean capaces de recordar muy bien esta tragedia, pero también, seguramente muchos ya la hayan olvidado, ya bien por la lejanía física, temporal o incluso sentimental.
Pues bien, la marea blanca fue una tragedia que durante décadas sacudió y sacude las calles de la comarca gallega de Vilanova de Arousa, un lugar prácticamente sin jóvenes, porque una generación reposa, machacada por las drogas, en un cementerio frente al mar. Y los que sobrevivieron a estas, en cuerpo, yacen en vida como almas en pena, vagando por cualquier rincón perdido de la mano de dios.
En Galicia, en medio de unos paisajes de una belleza incomparable, tiene lugar, desde hace más de dos décadas, una dramática historia de vidas truncadas en plena juventud, de familias destrozadas por la enfermedad y la muerte. Una historia en la que se mezclan la droga y el dinero, el poder y los lazos familiares, el amor y la traición. Una historia que ha dividido a un modesto pueblo, que desde tiempos inmemoriales venía viviendo pacíficamente de la pesca, entre narcotraficantes y drogadictos, entre asesinos y cadáveres.
La droga fue la causante en aquel entonces de robarnos una generación entera, y ya no solo en Galicia, sino que en muchos otros pueblos de España pueden contarnos la misma historia o tragedia.
Hoy por hoy la tragedia es otra y también como en aquel entonces una generación entera se enfrenta a un extinción que parece irremediable. A diferencia de aquel entonces nosotros estamos dispuestos a luchar, en cuanto la sociedad nos lo permita.
Nuestra propia tragedia, y pidiendo disculpas por los que se vean ofendidos por la comparación, es el paro, la sobrecualificación, la inflación y demás inventos de un sistema que no acabamos de comprender.
Nunca antes en España ha existido una generación tan estudiada, preparada y viajada como la actual. Durante años nos hemos preparado como la sociedad nos exigía para desarrollar diferentes trabajos técnicos, intelectuales o manuales. Y durante todos esos mismos años nuestros padres se han sacrificado por nosotros, por una educación para sus hijos e hijas que a ellos se les había sido negada, simplemente por la época en la que nacieron. Y ahora después de todo ese sacrificio tienen que ver que ese sueño al que aspiraban ambos, de llegar a algo más en la vida, se les ve truncado por una maldita burbuja inmobiliaria y una crisis económica a la que se nos ha obligado a engordar, a hinchar, para que después nos reventase en nuestras narices. Y ahora, sin inmueble y sin economía nos vemos obligados a pelearnos en un mercado laboral sin trabajo y en un trabajo cualificado sin cualificación para nosotros.
Aún con toda la mierda que se nos ha echado encima, y aún con todo lo que nos queda por recibir, no bajamos las manos resignándonos a comernos algo a lo que los políticos le llaman crisis económica. Porque no queremos aceptar nada a lo que no hemos contribuido, o quizá si lo hemos hecho (siendo esa la justificación de los de arriba) pero manipulados por una sociedad que nos incitaba a comprar un piso de no se cuantos millones o coche de otros tantos de cientos de caballos, o incluso ambos. Para que ahora te digan que el dinero no existe, es algo ficticio con el que juegan las entidades financieras, para crear más ficción y poder. Y ¿qué? Si no tengo opción, ¿no?
Muchos caen por el camino, con dignidad aferrándose a trabajos en cualquier sitio (sin menosprecia ese “cualquier”) después de pasarse 7 u 8 años estudiando y reestudiando. Dignidad por diferentes motivos, ya sea por vivir solos, formar una familia o llevar un plato de comida a la mesa, porque lamentablemente ya sabemos que precisamente no son los ideales y los sueños lo que llevan un sueldo a casa.
Otros resisten ya sea a base de más estudio, becas, voluntariados con los cuales formarse más laboralmente y como persona. Estudiando idiomas, Masters, escribiendo en blogs… y todo eso mientras buscan trabajo, ya sea a través de las nuevas tecnologías, de las viejas o del boca a boca. ¿Recibiendo respuesta?
¿Pero cuanto tiempo se puede sobrevivir? ¿Y a qué? ¿Al capitalismo? ¿a la crisis? ¿a los que nos dicen que no queremos trabajar, que limpiando calles hay mucho trabajo?
Porque no hay cambio aparente ¿o si? ¿Quién es nuestro enemigo? ¿los políticos, los bancos, la empresas que no nos llaman?
¿O nosotros mismos? Porque quizá si haya cambio y no lo sabemos.

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